PULQUERÍA

LA HIJA DE LOS APACHES

La pulquería «La Hija de los Apaches» es todo un mito en la Ciudad de México. La tradición de esta pulquería, el buen servicio de su personal y el carisma de su dueño, el legendario «Pifas», hacen de este espacio una de las pulquerías más famosas y concurridas en la actualidad.


Ambiente: Joven.
Especialidades: Curados de avena, zapote, fresas con crema y huachicol.

Calle Claudio Bernard #149
Col. Doctores
Alc. Cuauhtémoc
06720 Ciudad de México

Pulquería «La Hija de los Apaches» – Galería

Pulquería «La Hija de los Apaches» – Historia

La historia de la pulquería «La Hija de los Apaches» es una historia escrita a base de golpes, tragos, luces y sombras. Y esta historia no podría contarse sin mencionar un nombre: el de Epifanio Leyva, «Pifas», su carismático encargado, que ha reescrito el concepto de las pulquerías tradicionales sin abandonar la calidad del pulque y los curados en sus más de 60 años dedicados al negocio.

Pero comencemos desde el principio. La pulquería original estaba situada en la Avenida Cuauhtémoc 36, y su fundación se remonta a finales de la década de 1940, en los años en los que la colonia Roma era un barrio de marcada personalidad. Pifas, que hasta entonces se ganaba la vida boxeando o con cualquier trabajo bien o mal pagado, se cruzó en su camino con la pulquería «La Hija de los Apaches», en la cual entró a trabajar y ya nunca se marcharía de allí para alimentar sus pasiones: el box, el pulque, las mujeres pero también su familia y amigos.

En ese local permaneció durante muchos años, hasta que un día, de la noche a la mañana (literal), Pifas y su familia encontraron las puertas clausuradas. «La Hija de los Apaches» se había convertido en la nueva víctima de la caza de brujas pulquera, y de poco sirvió pagar las multas para reabrirlo; al final, el cierre fue inevitable, y tuvieron que mudarse a otro espacio de rubro más turbio situado en la misma avenida.

Eran los 70 y Pifas y su familia lucharon por mantener la pulquería «La Hija de los Apaches». En el camino quedaron todas las demás pulquerías que gestionaban: «La Quinta Parranda», «La Bola», «La Capulina», «La Línea de Fuego» (no la que estuvo en la Morelos, sino en la Río Blanco). La resistencia de conservar «La Hija de los Apaches» se debe al propio Pifas y a su hija Meli, la gran luchadora a la que la historia le debe mucho. Hoy, ya pasado aquel episodio, otras hermanas como Laura, Paty o Georgina también le echan ganas para mantener el legado de esta pulquería.

No sería justo olvidar el apoyo que los propios parroquianos brindaron a la pulquería en sus tiempos más difíciles, hasta que en 2009 se mudaron al actual local en Claudio Bernal, a la vuelta del Arena México. En estos años surgieron los primeros eventos culturales en una pulquería. La popularidad de la pulquería «La Hija de los Apaches» no ha hecho más que crecer, y hoy es un punto de encuentro de jóvenes, de músicos en vivo, de míticos boxeadores amigos de Pifas y de curiosos atraídos por la merecida fama de esta pulquería.

La clave del éxito de la pulquería «La Hija de los Apaches» es la humildad y la sencillez de una familia que, pese a las contrariedades, nunca se dan por vencidos, tanto en lo personal como en lo profesional. Es imposible estar en esta pulquería y no dejarse contagiar por el alma de Pifas y su familia, que ha inspirado canciones como «La Cruda» (Antonio Aguilar) o «La Hija de los Apaches» (Yermo Heredia).

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